sábado, 23 de octubre de 2010

La Inteligencia Emocional aplicada a los colegios

Hay que distinguir entre disciplinar y educar emocionalmente. Disciplinar es poner énfasis en la sanción que merece el mal acto de un niño. En este caso el foco es “qué castigo le voy a poner”…. Educar las emociones, no se centra en  el hecho, sino por qué se produjo, y por lo tanto nos incita a reflexionar con el niño con el fin de que se dé cuenta del error cometido para que no vuelva a hacerlo.

Un padre que educa emocionalmente, ejemplifica la
especialista, antes de castigar se hace varias preguntas: ¿Qué llevó a mi hijo a portarse mal? ¿Impulsividad? ¿Falta de reflexión? ¿Se dejó llevar por los amigos? ¿Quizás no supe escuchar lo que me estaba pidiendo? Pero a los padres les cuesta actuar así.

Una conocida especialista, A. Céspedes, pone el siguiente ejemplo: El niño hace una rabieta y el
papá dice: cállate, y no me sigas hablando así, que soy tu padre. Si no, te vas castigado. Pero no escucha qué es lo que quiere decir el niño; entonces ese niño, ante el grito del padre, grita más fuerte, y el castigo es más fuerte. O bien, vuelve a repetir la falta porque no entiende por qué lo castigaron. Hay que enseñarles a los padres qué quieren decir los niños y por qué quieren decirlo.

A
veces el concepto de "educación emocional" es malentendido por los padres. El padre que escucha, que contiene y que acoge es un padre que se valida frente al niño en el verdadero poder: el de respeto del otro…

Hoy en día los padres están menos en casa ,"y el poco tiempo que están consideran que su deber es mantener el orden y evitar que los chicos se les desbanden. Llegan a la casa desde el
trabajo y se centran en la disciplina: ¿Hiciste las tareas? ¿Arreglaste tu mochila? ¿Por qué dejaste tan desordenada tu pieza? ¿Te bañaste? Entonces comienzan los castigos", enumera A. Céspedes.

También, los niños reciben influencia de la televisión y los videojuegos, donde ven a adultos que descalifican a sus adversarios y los tratan con violencia, les hacen
bullying (acoso escolar). Y además, les cuesta desprenderse del castigo como medida base de la educación.

En relación con la escuela, diremos que el peor educador emocional en la escuela es el profesor deprimido "por todas las razones que sabemos: malos sueldos, aulas atestadas. Y el segundo factor que influye es la falta de conocimiento de psicología del desarrollo, que los profesores aprenden en la universidad de forma muy teórica. Muchos llegan con un total desconocimiento del púber y del adolescente, y el profesor educa de manera intuitiva. Se entiende que el niño va a aprender conocimiento y cultura y eso es un error garrafal, porque el niño va a aprender como persona, y el colegio debe intervenir en lo emocional".

En esta entrada de hoy, hemos citado entre comillas a la especialista en educación A. Céspedes, ahora reproduciremos más abajo una noticia relacionada con la Inteligencia Emocional y el colegio en la cual interviene, ni más ni menos que el gran divulgador científico Eduard Punset… Espero que os guste, a pesar de su brevedad…



Un saludo...  :-)

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